Hay en la substancia del hombre
un dolor
que lo seca por dentro
se disuelve/ suda/ terco reaparece
tiende un escalofrío en sus tinieblas.
Existen colapsos convertidos en humo
un manojo de hiedras absorbiéndole las venas
cuando tantea la acidez de sus tierras.
todo en él muere
y aunque renazca
perseguirá los rastros
de su atroz nebulosa
/ en proterva flama.
Escuchen:
en cualquier ojo
en cualquier milésima de segundo
de cualquier ser puro
sentirá el alma un dolor
que lo partirá en pedazos.
Por eso la tenebrosa quema de los trigos
/ cuánta maleza!/
por eso la materia de las llagas echando
sus últimas raíces.
Fuente: Couto Esteban. Saco de Carbón. Aletheya. Arequipa, 2011
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